Una pieza indispensable en tu nevera. Cortar en rodajas, frías o previamente calentadas, acompañar de tu guarnición favorita y disfrutar de un plato lleno de sabor en la mejor compañía.
Un producto perfecto para almuerzos o cenas que bien se puede consumir tanto frío como caliente.
Puede contener trazas de soja, proteínas de la leche y otros frutos de cáscara.