Productos sin lactosa

2 de marzo de 2022 / Escrito por: La Carloteña
Productos sin lactosa

La lactosa es el azúcar presente en la parte acuosa o suero de la leche de las hembras mamíferas. Es un disacárido, es decir, está formada por la unión de dos moléculas: glucosa y galactosa. Durante la época de lactancia, el intestino de la cría produce una enzima llamada lactasa, cuya función es romper la unión de esas dos moléculas, separarlas para que puedan atravesar la barrera intestinal y puedan ser utilizadas como fuente de energía, entre otras cosas.

Es muy normal, que una vez finalizada la lactancia y a lo largo de la vida, nuestro intestino deje de producir o produzca menos lactasa. En tal caso, la lactosa no se hidroliza y es fermentada por las bacterias de nuestro intestino, dando lugar a síntomas como el exceso de gases, calambres abdominales, diarrea… Es importante destacar que hay diferentes grados de tolerancia o intolerancia a la lactosa, por eso, es posible que dosis bajas de lactosa puedan sentar bien, pero dosis más altas sean causantes de síntomas.

La lactosa no se encuentra solo en la leche y sus derivados, pues actualmente, es un importante aditivo para la industria alimentaria y farmacéutica. Su uso tiene como objetivo mejorar el sabor de los alimentos, para dar mejor color o textura y para prolongar su vida útil. No hay más que leer el listado de ingredientes de un producto para saber si este lleva lactosa añadida.

Si estamos diagnosticados de una intolerancia a la lactosa o creemos que nos sienta mal, lo mejor es reducirla hasta nuestro límite de tolerancia. Es cuestión de probar e ir conociendo un poco nuestro intestino. Para ello, necesitamos saber dónde está este azúcar y en qué cantidad aproximada:

-En el caso de la lactosa presente en productos lácteos, debemos conocer que la cantidad presente en la leche es del 5 % aproximadamente. En alimentos lácteos fermentados como el yogur, el kéfir o el queso, la cantidad de lactosa va a ser menor, debido a que los fermentos lácticos usados para su elaboración, se alimentan de este azúcar, produciendo entre otras cosas ácido láctico (por eso presentan ese sabor ácido tan característico). Por tanto, el yogur o el kéfir tienen menos lactosa que la leche, un 4 % aproximadamente. Durante la elaboración del queso se reduce la cantidad de lactosa, pero esta se reduce aún más durante la maduración, proceso durante el cual los fermentos van consumiendo este disacárido. Un queso fresco contiene un 3 % de lactosa aproximadamente, mientras que un queso semicurado o curado puede contener valores de lactosa de 0 al 2 %.

Sin embargo, en productos lácteos no fermentados como la nata o la mantequilla, la cantidad de lactosa también es menor que en la leche, porque para su elaboración, se usa sobre todo la parte grasa de la misma, en la cual no se encuentra este azúcar. De este modo, la nata puede contener en torno al 3 % de lactosa y la mantequilla tan solo contiene trazas.

-En el caso de alimentos que llevan adicionada lactosa, es difícil conocer la cantidad exacta. Para saber si un alimento lleva lactosa añadida, debemos leer el listado de ingredientes, y para conocer la cantidad aproximada debemos mirar el porcentaje de azúcares en su tabla nutricional.

El problema es que este valor corresponde a todos los azúcares presentes en el alimento, añadidos e intrínsecos. Es importante destacar, que cuando un alimento contiene ingredientes como “suero”, “lactosuero” o “sólidos lácteos”, lleva lactosa incluida en ellos. Podemos encontrar lactosa como aditivo en gran cantidad de productos de panadería, confitería, lácteos, salsas y sopas, industria cárnica, embutidos, productos dietéticos, industria farmacéutica, snacks…

Ahora bien, con toda esta información, si somos intolerantes a la lactosa podemos comenzar por evitarla completamente y luego ir consumiendo alimentos que contengan dicho azúcar, de menor a mayor cantidad. De esta manera, podremos conocer cuál en nuestro punto de tolerancia. Para ello, debemos leer siempre el listado de ingredientes de los productos que compremos.

Por suerte, cada vez se trabaja más en ofrecer productos sin lactosa al consumidor. Es el caso de la gama salud de La Carloteña, que nos aseguran derivados cárnicos libres de lactosa. Son productos en los que no encontrarás la lactosa en su listado de ingredientes porque no se añade en ningún momento del procesado.

También existen productos lácteos sin lactosa, que nos garantizan estar libres de la misma. Para elaborar productos lácteos sin lactosa, se les añade lactasa, la enzima que digiere este azúcar. Estos productos pueden ser muy útiles, sobre todo en el caso de la leche, nata o queso fresco y queso untable. Pero si no tienes una intolerancia muy fuerte, puedes consumir quesos semicurados, quesos curados y mantequilla normal sin problema.

Autora: Rocío Alonso

Doctora en Tecnología de los Alimentos y diplomada en Nutrición Humana y Dietética. Especialidad en «procesado de conservación y control de alimentos de origen animal».